Inicio este blog en el día en el que empiezo mis cuatro días de vacaciones de Semana Santa. Deseadas desde hace semanas, teniendo en cuenta que llevo desde Navidad trabajando de lunes a viernes. Y es que este año ha caído en el calendario más adelante que en años anteriores. Muchos creíamos que al ser a finales de abril, el tiempo nos acompañaría, pero como podemos comprobar no va a ser así. Y es que el mal tiempo y Semana Santa van de la mano.
Esta noche volaré a Mallorca, mi tierra, mi isla. El billete de avión lo compré con Iberia, a precio de Iberia, pero volaré con Vueling, en clase “low cost”. Es una consecuencia más de las fusiones de las compañías que, cómo no, pagamos los viajeros.
Tampoco entiendo la política de precios de las compañías aéreas. Suben y bajan los precios a su antojo. No existe un reglamento que regule las tarifas. Lo único que tenemos claro los viajeros es que en Navidad, verano, Semana Santa y puentes, los billetes son más caros que el resto del año.
También es diferente comprar un billete de avión entre semana que un fin de semana, los billetes en domingos son más caros. Además, las urgencias y los imprevistos salen muy caro si sólo tienes la posibilidad de viajar en avión.
Las compañías aéreas juegan con esta ventaja. Vuelo con mucha frecuencia, por tanto, me planteo que alguien debería pararles los pies, sin embargo los intereses priman más que el hecho de que se equiparen los precios. Sin embargo, creo que el sector aeronáutico necesita un organismo que regule los precios.
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